En diciembre de 2020, Lucía sufrió un paro respiratorio por COVID-19 que la llevó al borde de la muerte. A pesar de que los médicos la declararon muerta, “resucitó después de más de tres horas sin signos vitales”, según su hija Carolina. Lucía recordó: “Cuando desperté, la que estaba a mi lado era mi hija, y los doctores, y supe por ellos que yo me había muerto.”
Lucía agradeció la intervención divina, afirmando: “Doy gracias a Dios, que Dios me trajo otra vez de vuelta.” Carolina vivió la experiencia de manera diferente, describiéndola como “algo sobrenatural.” Explicó cómo su madre estuvo “casi 3 horas sin vida” y recordó el momento en que la encontró en estado crítico: “Cuando yo entro a verla, ella estaba conectada al electroplano… No tenía palpitación, no tenía latidos, su cuerpo estaba totalmente amarillo, hinchado y frío.”
Los médicos la declararon muerta a las 22:12, pero a las 23:45, después de la desesperación y oración, Lucía revivió. “Yo entré a verla a las 23:25 y después que yo salí de ese lugar, casi a las 23:45, ella volvió a la vida,” relató Carolina, sorprendida por el regreso de su madre.